Lugares
Bienvenido a la Isla de las Rosas 🌹
Nuestros pisos de vacaciones le ofrecen la combinación perfecta de confort y naturaleza, cerca de la playa. Disfrute del ambiente relajado de nuestras cabañas o viva la vibrante experiencia de un apartamento urbano con vistas al Río de la Plata. Tanto si busca unas vacaciones relajantes como una experiencia urbana intensa, tenemos el alojamiento ideal para usted.
Montevideo
Montevideo, la capital de Uruguay, es una ciudad vibrante que combina historia, cultura y modernidad a orillas del Río de la Plata. Con su icónica Rambla, que se extiende por más de 20 kilómetros, ofrece vistas espectaculares y un ambiente perfecto para pasear, hacer deporte o simplemente disfrutar del atardecer. Su casco histórico, la Ciudad Vieja, es un testimonio del legado colonial y alberga encantadoras calles empedradas, cafés bohemios y el famoso Mercado del Puerto, donde se puede degustar la tradicional parrilla uruguaya. Montevideo también es un centro cultural, con teatros, museos y una escena artística en constante movimiento. A pesar de ser una capital, mantiene un ritmo de vida tranquilo y una hospitalidad que hace que cada visitante se sienta como en casa."
Sauce de Portezuelo
Sauce de Portezuelo es un rincón paradisíaco en la costa uruguaya, conocido por su tranquilidad, su entorno natural y sus playas de arena dorada. Ubicado a pocos kilómetros de Punta del Este, este destino ofrece un ambiente relajado, ideal para quienes buscan desconectar y disfrutar de la naturaleza. Sus atardeceres espectaculares, el sonido del mar y la frescura de sus bosques lo convierten en un lugar perfecto para el descanso y la inspiración. Es el refugio ideal para quienes desean combinar playa, paz y belleza natural en un solo lugar."
Punta del Diablo
Punta del Diablo tiene una historia profundamente ligada a la cultura hippie, especialmente en las décadas de 1970 y 1980, cuando este pequeño pueblo pesquero comenzó a atraer viajeros bohemios en busca de libertad, naturaleza y un estilo de vida alternativo. Con sus playas vírgenes, sus coloridas casas rústicas y su ambiente relajado, el lugar se convirtió en un refugio para artistas, músicos y aventureros que querían alejarse del ritmo de la vida urbana. Aún hoy, Punta del Diablo conserva ese espíritu libre y auténtico, con ferias artesanales, fogatas en la playa y una comunidad abierta que mantiene vivo el encanto de su pasado hippie."